27 julio, 2012

Pensando en ti



Hoy quiero hablar de aquellas personas que tienen grandes ideas y cualidades pero también grandes inseguridades. De aquellas personas que desconocen realmente sus habilidades innatas y quizás se centran en la más mezquina de todas ellas.

Reconocen tener gran facilidad para adentrarse en la mente de otras almas, desde allí, mediante la persuasión, las fantasías, las promesas y los engaños las manipulan, hasta llevárselas a su terreno. Con esta actitud se sienten fuertes, valientes y victoriosos. Pues la mayoría de las veces les sale muy bien.De vez en cuando,  no tanto.

De vez en cundo, encuentran mentes tan poderosas como las suyas, con cierta intuición psicológica que los descubre, los desnuda. Los deja sin esa capa con la que protegerse y les hace ver que en el fondo, no son tan villanos como ellos creen ser. Su fortaleza se esfuma, el cristal que los aísla cae, desmenuzado ante sus pies. 

Cuando se muestran tal cual son, sin mascara, sin maquillaje, sin disfraz, descubriéndose a si mismos, se asustan, aparecen ante ellos todos sus miedos, habidos y por haber. Se sienten perdidos, acorralados y quieren escapar. 

Directamente desaparecen sin darse cuenta de que con  este comportamiento no hacen otra cosa que descubrirse aun más.

Aunque antes de saberse desnudas,... es increíble la manera de tienen de embaucar a los demás, crean mentiras y se las creen, viven sumergidos en su propio mundo idealizado, mundo fantástico al que se ven arrastrados ciegamente. Incapaces de retraerse, incapaces de reconocer sus propios engaños. Aferrados a esa realidad imaginaria que tanto daños les hace y de la que muchas veces son ajenos, no son conscientes.

Sin darse cuenta que al ser reconocidos, re-descubiertos como seres humanos, con alma y sentimientos, son mejores  personas de lo que quieren mostrar. En realidad no se protegen del mundo exterior sino de ellas mismas, sin aceptarse, sin reconocerse, sin saberse.

Y..., solo a unos cuantos, a muy pocos, les conceden el beneficio de contemplarles en su desnudez, muy pocas son las persona que penetran en  sus corazones y tocan esa fibra sensible que tanto se afana en ocultar (cuando son conscientes de ello, se alejan, desaparecen, se desvanecen,...). Solo alguna de esas pocas personas se atreven a decirles a la cara lo que realmente saben, lo que realmente perciben desde lo más profundo de su mirada, de esa mirada que nunca escapa al verdadero yo. 

De esa mirada que expresa y transmite todo lo contrario a la palabra o expresión corporal. Esa mirada infinita y clara que desvela al niño simple y sencillo que hay tras de sí. Esa mirada tierna que en un descuido mental se sincera sin necesidad del verbo. Esa mirada cálida que es capaz de traspasar fronteras cuando es atrapada por otra mirada clara y sincera, esa mirada que en ocasiones se ausenta, disocia de esa mente que la controla para buscar a otra mirada, que igual, sin mediar palabra le da su aprobación y complicidad.

Haciendo mucho esfuerzo y teniendo mucha paciencia he llegado a tener grandes amigos y amigas, no sin antes haber tenido decepciones y enfados conmigo misma. Muchos golpes contra la misma pared de distintas habitaciones, todas ellas con muchos objetos y objeciones. Y en alguna ocasión ese amigo o esa amiga a sido de las características antes mencionadas. 

La paciencia es uno de mis rasgos característicos, el saber escuchar y analizar  creo que dos de mis virtudes. 

Uno de mis deportes preferido, aunque incómodo, muy molesto para aquellas personas que saben que lo practico, es examinar y analizar, de un modo primero intuitivo y inconsciente, después de un modo consciente proceso todas esas sensaciones que me transmiten tanto mi propio comportamiento como el comportamiento ajeno. De este modo he aprendido y aprendo muchísimo sobre mi misma y sobre la condición humana en general.

Aunque con un sexto sentido para diferenciar entre las personas que son huecas o no. Para mi es muy importante aquello que hay dentro de este traje que llamamos cuerpo y no me refiero a vísceras y huesos, sino a la capacidad mental y sensibilidad emocional de cada cual.

Algo muy importante para mi es la capacidad de transmitir y la actitud perceptiva que tienen las personas en sus relaciones sin importar la tipología de esta. La capacidad de saber escuchar y dejarse escuchar, de dar y saber que recibirán. La capacidad de relajar sus mentes y pensar más allá de lo material. La capacidad de relajar su corazón y abrirlo a los demás.

Esta reflexión ha salido por que  hay una persona que he conocido hace poco y que con el tiempo me gustaría tener como amiga. Es posible que lea estas palabras, no lo se. Si su ego le deja recapacitar, reflexionar, y deja que el mundo le vea como la persona que es, sin esconderse, sin tiranías.  Se que no tiene muchos amigos por su comportamiento actual, por que se encierra en si mismo por miedo a ser descubierto y dañado, pero aun así, me gustaría ser uno de ellos en el futuro. Si consigue escuchar a los demás y aceptarlos con sus virtudes y defectos, aprenderá a escucharse a si mismo y a reconocerse con sus virtudes y defectos superando todos sus miedos.

Actualmente esta persona está desaparecida y sin noticias de ella. 




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