12 octubre, 2012

La magia existe? SI


Últimamente no confío mucho en los milagros y eso es peligroso, pues quiere decir que estoy dejando de creer en la magia y eso no puede ser.

Algo que me preocupa y mucho!!!

Creer, creer y creer en mi, en mi mundo interior, en mis sentimientos, en mi magia que tengo y mucha. Volver a soñar con esos mundos imposibles y hacerlos reales.

Creer que la magia está en todas y cada una de las cosas que nos rodean y rodeamos, creer que somos magia.

Y solo así, creyendo en la magia, la magia vendrá a nosotros, fluirá de nuestros interiores para compartir nuestros mágicos mundos internos con los externos.

Adoptando esa actitud que muchas veces olvido y que no debería, esa actitud presente, instantánea que se evapora segundos después, esa frescura que desaparece aun sin ser degustada.

Esa actitud, esa pose que nos hace únicos y diferentes del resto. Donde la diferencia radica en el más mínimo detalle.

Antes solía pararme a mirar como pasean, miran, interactuan las personas, pero un día sin darme cuenta, dejé de hacerlo, para encerrarme en mi caparazón, en mi jaula de gruesos barrotes,sin querer dejé de observar y contemplar lo expuesto. Dejé de hacerme visible yo también para el mundo. Aislada, retraída, he perdido en ocasiones el sentido de las cosas, a veces incluso mi propio sentido, dejando atrás el verdadero motivo que me hace despertar cada mañana.

En pocas palabras perdí, olvidé, descuidé la magia exterior intentando buscar la interior y también en ella me perdí.

Ahora, quizá, aun perdida pero ya algo encontrada, vuelvo a abrir los ojos, a alzar la mirada y abrir mis alas al mundo. Ahora, consciente, quiero observar nuevamente y ser observada, salir de la invisibilidad para volver a ser real.

Y no es fácil, tomar esta decisión..., y no es de un día para otro..., es todo un proceso, largo transito sufrido en carnes propias. Aun estoy en él, tímidamente voy forjando una nueva jaula con grandes ventanas e impresionante puerta y... las miro, y... me asomo al quicio y... espero quizá que alguien me empuje definitivamente hacia fuera. Pero me doy cuenta que ese alguien no llega, esa mano incondicional se demora y ahí estoy yo, armándome de valor para dar el gran salto.

Eso sí, tomándomelo con calma, he caído y levantado mil veces, mil veces más caeré y levantaré, aunque cada vez intento caer en un colchón más alto y que la caída sea menos dolorosa, JA!!!.... No lo consigo.
Y en cada caída una herida por curar, una brecha por cerrar para volver a empezar.

Por que cada vez que caigo aparece un instante de lucidez en mi alma que me recuerda quien soy, ese es motivo suficiente para volver a creer en esa ínfima muestra de que la magia existe, igual que existo yo cuan Ave Fénix vuelvo a levantar el vuelo, cada vez más alto, cada vez de un modo distinto, cada vez con un grado mayor de sabiduría o no, pero seguro, seguro..., con un mayor grado de experiencia que forja la persona que soy, que toma decisiones acertadas o no en cada momento, pero que nunca, nunca pierde las ganas y la ilusión.

Esa ilusión inocente por rencontrarse con su magia interior, esa ilusión inocente que muestra el camino, que enseña a creer en la magia circundante a nuestro alrededor.


Descubriendo olores, colores, sensaciones, instantes fugaces que de otro modo se difuminan en nuestra cotidianidad, en nuestro tiempo furtivo que disipado, etéreo segundo tras segundo desaparece para nunca más volver.





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