29 mayo, 2013

QUIERO SER


Quisiera tantas cosas..., quisiera perderme en las profundidades del océano, descubrir civilizaciones escondidas en el interior de la tierra, mundos perdidos y recónditos, mundos aun por descubrir.

Quisiera hacer tantas cosas..., quisiera surcar el cielo agitando fuertemente mis brazos, palmeando mis manos y sintiendo como sus diminutas partículas gaseosas en suspensión, erizan el vello de mi piel, sentir suaves caricias de las nubes al pasar junto a mi o yo junto a ellas,... Dejarme llevar, alto muy alto, salir de la atmósfera, adentrarme en un universo misterioso, externo e infinito, profundo sin profundizar sino todo lo contrario..., para permanecer en el universo hay que exteriorizar hasta el extremo, ¡Qué contradicción! Y descubrir que no soy más que insignificante y diminuto átomo de polvo.

Quisiera hacer tantas cosas..., quisiera trasladarme a la antigüedad, quisiera sentarme en "El Banquete" junto a Platón y filosofar, debatir sobre la civilización antigua y moderna que en poco se diferencian, entrar en su mente. O viajar a través de la mitología Celta para sentir en la piel del druida, pócimas, ungüentos y sahumerios, para volar y dejar libre mi alma.

Quisiera hacer tantas cosas..., Quisiera aparecer por arte de magia en el país de las Hadas, Gnomos, Trasgus y otros seres elementales, saber que se siente siendo invisible ante una sociedad completamente ajena a ti. Cogerles de sus diminutas manos y bailar sus danzas ancestrales, beber sus aguas puras, gotas de rocío, sentir como ellos las entrañas de Gaia, madre tierra,  inspirar  y expirar energía pura, jugar con fuegos fatuos.

Quisiera hacer tantas cosas..., quisiera ser ese metal que duerme al abrigo del fango, al que alguien arranca de su morada, despojando todo arraigo para purificarlo como alquimista que trasforma, eliminando impurezas, aislando la esencia solo, lo realmente valioso para que ese alguien con manos valerosas y mente inquieta, haga de mi alma forma bella y caprichosa, para amar, para desear, para regalar,... Con sus matices, sus colores, olores, sus dolores olvidados en el camino donde solo queda belleza imperfecta.

Quisiera hacer tantas cosas..., quisiera ser Chaman, inducirme al trance subjetivo de la vida, abrirme en canal y adentrarme en mis entrañas, bucear y excavar cuevas y galerías, desenterrar miedos, arrancar a cucharadas las angustias karmicas acumuladas en anteriores vidas, quizás también en esta vida y quemarlas, purificarlas como aquel alquimista que ya fui. Buscar las bondades que seguro que haberlas, las hay. Descubrir las virtudes y colocarlas a flor de piel, desenmascarar la belleza no física y compartirla.

Quisiera abrirme en canal para vivir intensamente con la inocencia del niño, la incertidumbre el anciano, la pasión del enamorado,  la sabiduría del ignorante,  el tesón del aprendiz de brujo,  la ilusión del que acude por primera vez al espectáculo del ilusionista,  los oídos del músico, las manos del médico, el paladar del cocinero, la nariz del perfumista y los ojos del cineasta.

Quisiera hacer tantas cosas..., 

Quisiera hacer..., quizás no son las palabras más apropiadas, quizás es más oportuno "decir", escribir, "QUIERO SER...", por que se pueden hacer muchas cosas y no ser nada, ni siquiera conmoverte lo más mínimo, pero solo pensar en ser, cobra otra dimensión...

Querer ser implica una consciencia, una determinación, una decisión, sinónimo de acción. Querer, desear, soñar, buscar, encontrar, poseer.

Y querer es sentir, sobre todo sentirse vivo para conseguir ser esa criatura que vive en los adentros de la tierra, esa nube sin rumbo que en su desaparecer acaricia superficies, para perderse en el infinito universo al compás con el todo, para tener la claridad, la sabiduría y displicencia del hombre erudito, para perdurar e inmortalizarse como las leyendas mitológicas de antaño y que hoy día siguen conmoviendo al prójimo.

Para ser el ser que danza alegre y despreocupado  por los tiempos en mundos paralelos, para sentir la piel del oso sobre mis hombros mientras profano conjuros a sabiendas de quedar eternamente atrapado en ellos.

Definitivamente QUIERO SER el niño y el anciano, el enamorado y el aprendiz, el ilusionado y el músico, el médico y el cocinero, el perfumista y el cineasta.

Quiero ser esa persona, que no deja de sentir ni un solo segundo de su existencia, ilusionado inocentemente por la incertidumbre de la tenaz pasión... al oír melodías culinarias acariciando la esencia que desprende la imagen en la pantalla.




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